Comunidades Energéticas

Comunidades energéticas: autoconsumo y sostenibilidad

La transición energética es ya una realidad en nuestra vida cotidiana. Este cambio de paradigma, que pretende reducir el uso de combustibles fósiles y disminuir las emisiones de CO2, implica un aumento del uso de energías renovables, principalmente la solar y la eólica. Cada día encontramos más ciudadanos que quieren hacer algo constructivo contra el cambio climático y buscan formas más sostenibles de consumir energía.

Aquí es donde entran en juego las comunidades energéticas, donde todos los ciudadanos pueden participar activamente en esta transición sostenible. ¿Qué son estas comunidades? Según la Directiva (UE) 2019/944 las comunidades energéticas locales son “cualquier asociación, cooperativa, sociedad, organización sin ánimo de lucro u otra entidad jurídica que se dedique a la generación distribuida de energía y a la realización de actividades de operador de red de distribución, proveedor o agregador a nivel local“.

Estas comunidades se basan en el concepto de aumentar el autoconsumo energético local de la energía generada por la fotovoltaica, lo que reduce la cantidad de energía verde desperdiciada y elimina las cargas de la red tanto para los prosumidores como para los consumidores. En otras palabras, son organizaciones en las que sus miembros participan activamente en la producción de energía para su propio uso. En los últimos años han ido ganando relevancia al tener un estatus legal y jurídico reconocido tanto en la normativa europea como en la española.

No solo beneficios ambientales

 Sin duda, una de sus principales ventajas es la medioambiental, ya que las comunidades energéticas suponen un aumento del consumo de energías renovables y, por tanto, reducen el uso de combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, dependiendo del tipo de comunidades energéticas, tienen muchos otros beneficios socioeconómicos:

  • Reducción de los costes energéticos consumidos y mayor eficiencia energética, lo que supone un importante ahorro en la factura en un momento en que la electricidad y el gas han subido mucho de precio.
  • Creación de nuevos empleos locales.
  • Desarrollo de la economía de la comunidad, con más inversiones y oportunidades de negocio. Este beneficio es especialmente importante en las zonas rurales o menos pobladas.
  • Reducción de la dependencia energética de los combustibles fósiles.
  • Fortalecimiento de los lazos comunitarios.
  • Acceso equitativo a la energía renovable para todos, independientemente de si los ciudadanos son propietarios de un tejado o no.


La variedad de comunidades energéticas

 Desde 2016, cuando la Comisión Europea presentó una iniciativa para el desarrollo de estas comunidades energéticas, son muchos los países que lo han regulado a su manera . El número de comunidades energéticas en toda Europa no deja de crecer. En países como Alemania (con más de 1.700 comunidades energéticas), Dinamarca (con más de 700) u Holanda (con más de 500) su uso está muy extendido. Las comunidades energéticas adoptan múltiples formas y varían, por ejemplo, en:

  • Tipo y papel de los socios (por ejemplo, ciudadanos o empresas).
  • Activos de generación renovable y forma de energía (por ejemplo, energía fotovoltaica o eólica).
  • Alcance de la comunidad (por ejemplo, sólo producción de energía o también almacenamiento, servicios energéticos, etc.).
  • Gestión y financiación de la comunidad energética.

Sin embargo, en estos países se trata más bien de comunidades energéticas convencionales que se centran principalmente en la propiedad conjunta de activos de generación de energía renovable.

España, a pesar de sus favorables condiciones climáticas, no se encuentra todavía entre los países europeos con mayor número de estas comunidades. Pero, entretanto, España se ha convertido en un país puntero a la hora de integrar las últimas novedades europeas en su normativa energética. Y encima, el Gobierno español, con el apoyo financiero de los Fondos Europeos de Recuperación, se ha marcado un objetivo muy ambicioso para 2030: conseguir 2.000 comunidades energéticas en nuestro país (datos El Confidencial).

Adeje Verde es una de estas comunidades locales en desarrollo. Pero no sólo es una comunidad energética más, sino que es la primera comunidad energética de España que se acoge plenamente a la última normativa, que dice que ya no es obligatorio verter el excedente de energía fotovoltaica a la red, sino que se puede compartir (con una tarifa especial) con los vecinos en un radio de 2 kilómetros.

Este llamado “círculo solar” y la realización del “autoconsumo colectivo” hacen que la comunidad energética Adeje Verde sea mucho más avanzada e innovadora que otras.

Adeje Verde pretende ofrecer a los ciudadanos de esta localidad emprender el camino hacia un abastecimiento energético más sostenible gracias a la energía solar: propone dos formas de participar en este cambio sostenible.

Por un lado, el servicio Tejado Verde, que da la oportunidad de convertir los tejados sin uso en “tejados verdes”, es decir, productores de energía solar. Se ofrecen 3 opciones: autofinanciación (el ciudadano paga el coste y la instalación es suya), financiación (se financia hasta el 80% del coste) o tranquilidad (el consumidor puede beneficiarse de los paneles solares en su tejado sin coste inicial, y recibir los paneles más adelante).

Por otro lado, con el servicio ‘Residente Solar‘ puede alquilar los paneles solares necesarios que se encuentran en los tejados verdes disponibles de Adeje Verde para su consumo diario. Es muy fácil ahorrar en tu factura y al mismo tiempo ayudar al medio ambiente. Sólo tienes que rellenar este formulario y formar parte de la comunidad energética de Adeje Verde.

Las comunidades energéticas se han convertido en una de las mejores oportunidades para que los ciudadanos participen activamente en la transición energética.

Por primera vez, aquellos que no pueden permitirse instalar su propia energía fotovoltaica pueden apoyar y beneficiarse de ella. Los que pueden instalar FV pueden obtener mejores resultados. Esta nueva forma de generar y distribuir electricidad, más limpia, renovable y compartida, gana cada día más adeptos por sus múltiples beneficios ambientales, sociales y económicos.